El soñar de la Libélula
¡Buenas noches! dijo la luciérnaga,
¡Buenas noches! lirón,
¡Buenas noches! dijo el lobo,
¡Buenas buenas sí son!. Dijo el león.
Todos se fueron a dormir,
Animales del bosque frondosón
pero la libélula, intranquila como nadie,
ninguno de sus ojos cerraba como un lirón.
Se dio cuenta rápido de cual era su condición,
Y es que lucía y lucía sin ton ni son.
Su brillo y su aleteo no paraban de cantar,
¡Dejándola sin freno ni un segundo para descansar!
La madre de todos se dio cuenta al despertar
¡pobrecita la libélula no puede ya ni aletear!
Más no encontremos drama,
no enfaticemos el cansar
Sino, buscando soluciones,
con alguna iremos a dar.
Y así lo hizo nuestra madre
Y a lo más alto de la montaña fue a buscar,
Una manta de hoja negra
¡Que bien le iba a quedar!
Pasaron varias noches
y la luciérnaga dormía sin cesar.
Pues había encontrado la clave
para preciosa poder soñar.
Al cabo de unos años
La madre le fue a confesar,
Esa manta no era mágica
Sino que lo era su propio pensar.
No hay mayor manto y velo
que el de una cabecita descansada.
Y no hay peor insomnio
Que el de la mente preocupada.
Poema escrito por Xiomara Wanden Berghe